¡Bienvenidos a todos!
En este espacio compartiremos experiencias vividas en nuestra escuela.
Los invitamos a realizar sus aportes, comentarios y todo aquellas producciones que quieran dar a conocer.
¡Nos vemos!
El beato Ceferino Namuncurá (Chimpay, 26 de agosto de 1886 – Roma, 11 de mayo de 1905) fue un joven salesiano argentino, hijo de un cacique Mapuche. Estudió en un colegio de los Padres Salesianos y allí descubrió su vocación: quería ser sacerdote para llevar a la gente de su raza el mensaje del Evangelio.
¿Quién fue Juana Teresa Crombeen y cómo llega su nombre a Argentina?
En Gante (Bélgica) el 19 de Junio de 1652 nacía Joanna Theresia Crombeen.
A pocos años de su nacimiento, comenzó a vivir situaciones de guerra, conflictos sociales, económicos y pactos de paz en la convulsionada Europa.
Como ciudadana de Gante, vivió con fuerzas, preocupación y decisión los acontecimientos, históricos de su época, y sintió la repercusión de los mismos en la realidad del pueblo que se empobrecía y rodeaba de destrucción.Su joven corazón se sintió tocado por Dios y la necesidad de ayudar a los pobres de la ciudad.
En 1669 se une a la recién fundada “Hermanas de la visitación”. Allí entregó todo su amor a esta obra durante 30 años.
Hacia 1701 hace una nueva opción, fuera de Gante asumiendo los riesgos de los desconocido, uniéndose a otras personas para formar una “reunión de Amor” (Fraternidad).Otra vez la colaboración y el infinito amor puesto al servicio del necesitado. Compra con su patrimonio, 4 casas para su futura agrupación.
El 15 de Agosto de 1715, a los 63 años de edad, Juana Teresa Crombeen funda la “Compañía de Hijas Espirituales”.Sus fundamentos fueron servir, alabar; agradecer, de una manera auténtica y ferviente mediante los ejercicios espirituales y las obras piadosas.
A través de su Testamento se conoció el profundo deseo de compartir sus bienes materiales con los pobres. En primer lugar, sus “Hijas espirituales”, continuadoras de la obra, y en segundo lugar los “Niños Solos” y empobrecidos de la guerra a quienes deberían enseñar en las escuelas “de vida”, creadas con ese fin.
A su muerte ocurrida en Noviembre de 1724, la Comunidad siguió sus enseñanzas y carisma, y más de un siglo después, en 1831, Monseñor Bracq la bautizaría como “Hermanas Franciscanas de Gante”, con San Francisco de Asís como primer Patrono y San Vicente de Paul, como segundo.
En el año 1893 llegaron a la Argentina las seis primeras misioneras belgas de esta Congregación de la mano del religioso Monseñor Teófilo Van Damme y junto conellas puso en marcha el Hogar la Providencia de Villa Urquiza.
Más tarde Monseñor Van Damme fundó, también con el apoyo de las Hermanas Franciscanas de Gante, un asilo para niños huérfanos en Paraná con el nombre de Hogar Instituto Cristo Redentor. Esto sucedió el 23 de Octubre de 1902.
A partir de este momento comienza una etapa de expansión de la Congregación, llevando el espíritu franciscano de Juana Teresa a diferentes lugares donde se desarrollan tareas educativas:
Villaguay- Entre Ríos- Hogar para niñas “Hogar La Inmaculada” fundado en 1908.Escuela primaria Nº 82 “Mariano Moreno” y Secundaria “Instituto La Inmaculada"
Larroque- Entre Ríos- Escuela primaria Nº 66 José Manuel Estrada y Secundaria “Instituto Nuestra Señora del Perpetuo Socorro”
Urdinarrain- Entre Ríos- Escuela Primaria Escuela Franciscana Nº 63 Mariano Morenoy Hogar abierto para niñas campesinas
Chajarí- Entre Ríos- "Instituto San José" que abarca el Instituto Secundario, el Profesorado y la Escuela Nº 84 "Manuel Belgrano". La Escuela Primaria Nº 38 Virgen Peregrina también pertenece a la Congregación pero está ubicada en otro edificio. Movimiento Juvenil (JUFRA).
Caseros- Entre Ríos- Escuela Primaria Colegio Nicolás Mugherli, fundado en 1925 y Hogar abierto
Bella Vista- Corrientes- Escuela Primaria. Pensionado para niñas y Docentes Rurales
Paso de los Libres- Corrientes-Escuela Primaria y Secundaria “Instituto Niño Jesús”
Monte Caseros- Corrientes- Escuela Primaria Colegio San Gabriel fundado en 1960. Las Hermanas ya no están allí desde 1976.
La Cruz- Corrientes-Misión pastoral al servicio de los pobres. Atención a comedores.
Alcorta- Santa Fe- “Instituto Privado San Francisco” Las Hermanas Franciscanas de Calais dejaron el establecimiento en 1966, haciéndose cargo el 13 de Febrero de ese año las Hermanas Franciscanas de Gantes; en 1967 se inicia el dictado de clases en el Ciclo Secundario y en 2005 las Hermanas dejaron el Instituto.
Tintina- Santiago del Estero- Escuela Secundaria “Instituto Fray Mamerto Esquiú”. Talleres Femeninos. Dispensario. Ayuda Cáritas.
Quimili- Santiago del Estero- Escuela Primaria “San Francisco de Asís”. Trabajo con familias de hacheros.
Vilelas- Santiago del Estero- Proyecto para viviendas comedor.
Quitilipi- Chaco- Hogar de Ancianos.
Las Lomitas-Formosa- Hogar Juana Teresa, fundado en 1980, allí se da atención médica a niños de las comunidades aborígenes Wichis y Pilagás y criollos y apoyo escolar. Formación de los agentes sanitarios aborígenes y criollos.
Paraná- Entre Ríos- Casa Van Damme para Hermanas ancianas.
Paraná- Entre Ríos- Centro de día Virgen de la Esperanza (abierto en 2002) y la Escuela Privada de Recuperación e Integración Nº 207 "Juana Teresa Crombeen" (desde 2007), dependiente de la Asociación Civil Instituto Cristo Redentor. La Escuela Primaria Nª 201 "Gaucho Antonio Rivero" si bien es una escuela pública, fue fundada en 1989 por iniciativa de las Hermanas.
Salamanca- Chile- Colegio “San Francisco de Asís”, Educación Primaria y Secundaria
Santiago- Chile- Colegio “Victoria Prieto”. Enseñanza pre básica, básica y media. Fundado en 1900. Las Hermanas se retiraron de allí en 1991.
Con un ideal claro y un proyecto de vida comunitaria, la forma de anunciar de Juana Teresa fue simple valiente y decidida, combatiendo la ignorancia, creando escuelas para alfabetizar en la fe, que es el espíritu que moviliza a las Hermanas de la Congregación cuya misión específica es la educación: educar en la fe, en la alegría, en la pobreza y en el amor.
Nació en Asís, Italia, en 1193. Su padre, Favarone Offeduccio, era un caballero rico y poderoso.
Su madre, Ortolana, descendiente de familia noble y feudal, era una mujer muy cristiana, de ardiente piedad y de gran celo por el Señor. Desde sus primeros años Clara se vio dotada de innumerables virtudes y aunque su ambiente familiar pedía otra cosa de ella, siempre desde pequeña fue asidua a la oración y mortificación. Siempre mostró gran desagrado por las cosas del mundo y gran amor y deseo por crecer cada día en su vida espiritual.
Su conversión hacia la vida de plena de santidad se efectuó al oír un sermón de San Francisco de Asís. Cuando ella tenía 18 años San Francisco predicó en Asís los sermones de cuaresma y allí insistió en que para tener plena libertad para seguir a Jesucristo hay que librarse de las riquezas y bienes materiales. En secreto se fue a buscar al santo para pedirle que la instruyera en el modo de lograr conseguir la perfección cristiana. El le dijo que había que desprenderse de todo, la animó a dejar la vida de riquezas y comodidades que llevaba y dedicarse a una vida pobre, de oración y penitencia.
El Domingo de Ramos del año 1212 Clara asistió a la celebración pero estaba tan emocionada y fuera de sí que no pasó a recibir la palma. Entonces el señor obispo se fue para la banca donde ella estaba y le puso en sus manos la palma bendita. Y aquella noche, a medianoche, acompañada de Pacífica, su fiel compañera, salió secretamente de su casa, (rica mansión de familia muy acomodada) y se fue a dos kilómetros de distancia, donde San Francisco vivía pobrísimamente en un sitio llamado La Porciúncula. Allá la estaba aguardando el santo, el cual salió a recibirla junto con sus frailes, llevando todos lámparas encendidas y cantando de alegría.
De rodillas ante San Francisco, hizo Clara la promesa de renunciar a las riquezas y comodidades del mundo y de dedicarse a una vida de oración, pobreza y penitencia. El santo, como primer paso, tomó unas tijeras y le cortó su larga y hermosa cabellera, y le colocó en la cabeza un sencillo manto, y la envió a donde unas religiosas que vivían por allí cerca, a que se fuera preparando para ser una santa monja.
Cuando los hermanos que eran muy ricos y esperaban casar a Clara con algún millonario hacendado, se dieron cuenta de la ausencia de la muchacha se dedicaron a buscarla por todas partes. Al fin la encontraron en el convento en donde se había refugiado y quisieron llevársela a la fuerza. Ella se agarró a los manteles del altar, que se rasgaron ante tanta violencia de los atacantes, y cuando se la iban a llevar, Clara se descubrió la cabeza rapada y les dijo: "Por amor a mi Cristo Jesús he renunciado totalmente a todo amor por lo material y mundano".Los hermanos al verla así y tan resuelta, desistieron de tratar de llevársela.
San Francisco hizo que Clara se fuera a vivir junto a la Iglesia de San Damián en Asís, en una pobre y humilde casita. Y he aquí que su hermana Inés y su propia madre decidieron irse también de monjas con ella. Y muchas muchachas más se dejaron atraer por esa vida de oración y recogimiento, y así pronto el convento estaba lleno de mujeres dedicadas a la santidad. Francisco nombró a Clara como superiora de la comunidad, y aunque ella toda la vida trató de renunciar al puesto de superiora y dedicarse a ser una sencilla monjita de segundo orden, sin embargo por cuarenta años será la priora del convento y las monjitas no aceptarán a ninguna otra en su reemplazo mientras ella viva, y es que su modo de ejercer la autoridad era muy agradable y lleno de caridad. Servía la mesa, lavaba los platos, atendía a las enfermas, y con todas era como una verdadera madre llena de compresión y misericordia.
A los pocos años ya había conventos de Clarisas en Italia, Francia, Alemania y Checoslovaquia. Y estas monjitas hacían unas penitencias muy especiales, inspiradas en el ejemplo de su santa fundadora que era la primera en dedicarse a la penitencia. No usaban medias, ni calzado, se abstenían perpetuamente de carne, y sólo hablaban si las obligaba a ello alguna necesidad grave o la caridad. La fundadora les recomendaba el silencio como remedio para evitar innumerables pecados de lengua y conservarse en unión con Dios, y alejarse de dañosas distracciones del mundo, pues si no hay silencio, la mundanalidad se introduce inevitablemente en el convento.
No contenta con las mortificaciones que las demás monjitas hacían, Santa Clara ayunaba a pan y agua los cuarenta días de cuaresma y los días anteriores a las grandes fiestas. Y muchos días los pasó sin comer ni beber nada. Dormía sobre una dura tabla y por almohada tenía un poco de pasto seco. San Francisco y el obispo de Asís le mandaron que no dejara pasar un día sin comer aunque fuera un pedazo de pan. Poco a poco la experiencia le fue enseñando a no ser demasiado exagerada en penitencias porque se le dañaba la salud. Y más tarde escribirá a sus religiosas: "Recuerden que no tenemos cuerpo de acero ni de piedra. Por eso debemos moderar los exagerados deseos de hacer penitencias, porque la salud puede sufrir daños muy serios".
Siguendo las enseñanzas y ejemplos de su maestro San Francisco, quiso Santa Clara que sus conventos no tuvieran riquezas ni rentas de ninguna clase. Y aunque muchas veces le ofrecieran regalos de bienes para asegurar el futuro de sus religiosas, no los quiso aceptar. Al Sumo Pontífice que le ofrecía unas rentas para su convento le escribió: "Santo Padre: le suplico que no me absuelva ni me libre de la obligación que tengo de ser pobre como lo fue Jesucristo". A quienes le decían que había que pensar en el futuro, les respondía con aquellas palabras de Jesús: "Mi padre celestial que alimenta a las avecillas del campo, nos sabrá alimentar también a nosotros". Hoy las religiosas Clarisas son 18,000 en 1,248 conventos en el mundo.
Una vez llegaron unos soldados mahometanos, terribles anticatólicos, a atacar el convento, destrozar y matar. Las monjitas se fueron a rezar muy asustadas; y Santa Clara que era extraordinariamente devota al Santísimo Sacramento, tomó en sus manos la custodia con la hostia consagrada y se les enfrentó a los atacantes. Ellos sintieron en ese momento tan terrible oleada de terror que salieron huyendo sin hacerles mal. Otra vez los enemigos atacaban la ciudad de Asís y querían destruirla. Santa Clara y sus monjitas oraron con toda fe ante el Santísimo Sacramento y los atacantes se retiraron sin saber por qué.
27 años estuvo enferma nuestra santa, pero su enfermedad la soportaba con paciencia heróica. En su lecho bordaba y hacía costuras, y oraba sin cesar. El Sumo Pontífice la visitó dos veces y exclamó: "Ojalá yo tuviera tan poquita necesidad de ser perdonado, como la que tiene esta santa monjita". Cardenales y obispos iban a visitarla y a pedirle sus consejos. San Francisco ya había muerto, y tres de los discípulos preferidos del santo, Fray Junípero, Fray Angel y Fray León, le leyeron a Clara la Pasión de Jesús mientras ella agonizaba. La santa repetía: "Desde que me dediqué a pensar y meditar en la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo, ya los dolores y sufrimientos no me desaniman sino que me consuelan".
El 10 de agosto del año 1253 a los 60 años de edad y 41 años de ser religiosa, se fue al cielo a recibir su premio. Un día como hoy fue sepultada. Santa Clara bendita: no dejes nunca de rogar a Dios por nosotros